El pozo

Kapuscinski acompaña a un mercader llamado Hemed, cuyos primos viven en Las Anod (Somalia). Junto a ellos, un grupo somalí , que también se dirige hacia el norte de Somalia. El trayecto, no es un simple recorrido, hay que superar dificultades como el extremadamente alto y seco clima o guerras que se dan entre somalíes, ya que estos, pese a compartir todos la misma historia, cultura y lengua, se llegan a dividir en clanes y hasta subdividir estos clanes. Los somalíes no se presentan entre ellos con su nombre, sino que además relatan cual es su linaje y el clan al que pertenecen, pues para ellos, no existe un individuo, sino un clan. La manera con la que subsisten los somalíes, no es el cultivo, es el comercio mediante la ramadería. Hasta para casarse, a los padres de la muchacha, se les debe pagar con un numero determinado de camellos. A partir de los 8 años, los niños pueden encargarse de conducir a buen puerto un rebaño, siguiendo siempre las mismas rutas que habían recorrido durante toda la historia anteriores generaciones de su clan. Debe adaptarse a las variaciones en el clima (lluvia, sequías...), guerras y más problemas. Pero el peor es la sequía, pues empieza a complicarse el encontrar un pozo con algo de agua. La sequía, puede comportar terribles consecuencias: primero, mueren las ovejas, seguidas de los niños y luego, las mujeres. Los hombres y camellos, pueden aguantar hasta 3 semanas, hasta que la camella se quede sin leche. Por naturaleza, el somalí no dejara tirado el rebaño y morirá al lado del camello. Eso explica Kapuscinski, cuando en Ogadén fue en busqueda de somalíes al borde de la muerte por el hambre, y pese a estar a p unto de morir, eran incapaces de dejar abandonados a sus camellos. Ya a las 3 de la tarde, cuando el sol no sofoca tanto, Hemed se prepara para participar en un shir, donde participan todos los adultos para decidir que harán a continuación: seguir el trayecto, cambiarlo, parar...

Marc Miralles 2º Bachillerato C