lunes, 16 de enero de 2012

Zanzíbar


Ryszard se dirigía de Nairobi hacia Kampala tranquilamente, disfrutando del paisaje cuando de pronto se le apareció delante y viniendo hacia él, una columna de coches y motos dónde distinguió al primer ministro Jomo Kenyatta. Inmediatamente dio media vuelta y siguió al convoy hacia el despacho del primer ministro en Nairobi, aunque antes de llegar un control policial le paró y no le dejo seguir. Al quedar en medio de una calle desierta, recordó que en la misma ciudad residía un amigo suyo, Félix Naggar, que era el jefe de la oficina de la Agence France Press para África oriental. Fue a verlo, y lee le explicó todo lo ocurrido, este al oír toda la versión de los hechos empezó a hacer llamadas para enterarse de lo que pasaba. Mientras Félix llamaba, Ryszard encendió la radió y pudo extraer que se había producido un golpe de estado en Zanzíbar.

A partir de aquel momento, empezó una carrera para llegar a Zanzibar y enterarse en primera persona de lo que pasaba. Cogieron un avión hasta la ciudad de Dar es Salam junto con otros diez corresponsales destacados en Nairobi ya que esta ciudad se encontraba a apenas unos cuarenta quilómetros de la isla. Una vez en Dar es Salam se encontraron con el problema de que la isla tenía un bloqueo aéreo y naval y no se podía acceder de ningún modo. Después de un rato de deambular, Félix junto con Arnold, un cámara de la NBC, consiguieron convencer a un piloto de una avioneta que se comprometia a llevarlos a la isla, Félix se lo contó a Ryszard y este mediante unas gestiones consiguió contactar con un amigo, Karume, que se encontraba en la isla que le dio permiso para aterrizar.

Llegaron al aeropuerto de Zanzibar e inmediatamente fueron conducidos por la policía a un hotel dónde Ryszard conoció a una anciana polaca que inmediatamente entabló conversión con él.
El golpe de estado se había producido a causa de la sublevación de la población africana contra los árabes terratenientes que se habían apoderado de la isla y los usaban para trabajar sus tierras. Antes del mediodía Félix, Arnold y Ryszard fueron conducidos por unos guardias hacia la residencia del mariscal de campo Okello, el hombre que había promovido toda la revolución. Allí consiguieron su consentimiento para seguir en la isla.

En la isla fueron pasando los días mientras Ryszard observa el jugueteo de la lagartijas y veía como la ciudad iba recuperando su cauce normal. Por las mañanas solían ir a correos para enviar las crónicas, pero al quinto día, John, de la UPI recibió un telegrama en el que se le solicitaba para ir a informar sobre las sublevaciones militares que se estaban produciendo en el África oriental. Después de difundir esta noticia todos los destacados en Zanzíbar, querían salir de esta para ir al continente para informar sobre lo ocurrido. Aunque se encontraron con el problema de que no podían salir de la isla porque las autoridades de Zanzíbar les retenían como rehenes por miedo de un asalto en la isla. Varios de los periodistas, incluido Ryszard intentaron huir de la isla mediante una barca aunque fallaron en el intento y tuvieron que regresar a la isla. Una vez en la isla Ryszard volvió al centro dónde se encontró con Félix y Arnold, que no se habían aventurado en la misión, embarcando en un avión y Félix le dijo que había un sitio para él.


Josep Cladera 2º Bachillerato A


Kapuscinski abandonaba Nairobi para dirigirse hacia Kampala por una carretera de tierra, cuando al horizonte diviso una nube de polvo que se acercaba deprisa hacia el, era una hilera de coches lujosos en los que pudo distinguir al ministro Kanyatta. Ryszard dio media vuelta y los siguió hasta llegar a la oficina del primer ministro en Nairobi, donde un control policial no le dejó seguir adelante. Entonces acudió a Félix , un amigo suyo que era jefe de una agencia francesa. Le contó lo que había visto y Félix empezó ha hacer una serie de llamadas, mientras Ryszard escuchó por la radio que en Zanzíbar se había producido un golpe de estado.
Los dos querían viajar a Zanzíbar
para informarse de la situación en primera persona. Pero tuvieron que coger un avión hacia Dar es Salam ya que la isla estaba completamente aislada y se amenazada que abrirían fuego ante cualquier avión o barco que quisiese amarrar o aterrizar en la isla sin autorización. Desde Dar es Salam buscaban una manera de poder llegar pero seguía el aislamiento, encontraron una avioneta y gracias a la ayuda de un amigo de Ryszard llamado Karume, alto dirigente de Zarzíbar consiguieron autorización para viajar a la isla. Así que Félix,un cámara y Ryszard cogieron la avioneta y viajaron hasta su destino.
Al llegar a la isla unos soldados que les dijeron que eran hombres de confianza de Karume
los escoltaron hacia un hotel en el centro de la ciudad.
Allí se enteraron de que la revolución estaba comandada por un joven llamado Okello, las causas eran múltiples pero sobretodo querían eliminar el dominio que tenían los árabes sobre ellos , ya que los grandes terratenientes
y los dirigentes del país eran árabes y todo el poder se concentraba en ellos.
Ryszard y sus amigos una mañana fueron acompañados por dos jóvenes con machetes ante Okello. Cuando llegaron ante el se quedo callado, finalmente abrió la boca y los tres pensaron que los iba a matar, ya que, se se armó de pistolas y rifles, a cotinuación los saco de su barracón y les dijo que podían se
guir en la isla sin causarles ningun daño.
Poco a poco la normalidad se fue estableciendo de nuevo en la ciudad y unos cuantos periodistas mas se refugiaron también en su hotel con ellos. Una mañana llegó un informe en el que se decía que diferentes golpes militares se estaban produciendo en África oriental. Todos los periodistas quisieron abandonar la isla para viajar asta allí. El bloqueo seguía existiendo pero encontraron una lancha con la que una noche Ryszard y otros periodistas quisieron abandonar la isla pero ya en el mar dirigiéndose asta la costa de África un inmenso temporal de olas y muchísima
lluvia les devolvió Zanzíbar. Cuando llegaron a la orilla un hombre se ofreció para acompañar a Ryszard al aeropuerto, allí se encontró con Félix i Arnold que subían a una avioneta ,al verle le ofrecieron un sitio para subir que el encantado aceptó.

Tomás Crespí 2º Bachillerato C



No hay comentarios:

Publicar un comentario